------------------------------------------------------------
CUMPLEAÑERA ANGUSTIADA
El 22 de Febrero cumple años la bella población de La Azulita, que deminé poéticamente “Balcón de los Andes” fundada en el año 1866 por los hermanos Nepomuceno y Francisco Uzcátegui, hermanos del famoso sacerdote llamado el Canónigo Pbro. Dr. Francisco Uzcátegui Dávila, mi tío tatarabuelo. Con autorización legal de la provincia de los Andes los fundadores comenzaron por la Hoya de Molinillos, donde no pudieron asentarse por los terrenos pantanosos, pero encontraron una quebradita donde al tomar sus aguas notaron tan claritas que parecían azules y le dieron el nombre
Agregar leyenda |
Sus pobladores con el lema de su escudo” el trabajo todo lo vence”
fueron construyendo una parroquia exuberante en su producción de café primero, luego
en ganadería de leche y por último en turismo. Tal fue su progreso que en mis
años de juventud casi todo era regalado por la gran producción de verduras y
animales domésticos. Por un bolívar de aquel tiempo se hacía un mercado con
carnes y huevos baratos, fácilmente se vestía con buen traje y zapatos con una
modesta suma que producía la abundancia del café. Era la época de las vacas
gordas.
Pero hace 20 años que llegó la peste con sus colas de plagas que ha
destruida la bella y pacífica población que ahora sus cumpleaños tan festivos
se han tornado en fúnebres conmemoraciones politiqueras.
La angustia cunde por todas partes donde se mire la bella Azulita
comenzando por sus jóvenes que la han abandonado porque el trabajo se acabó
como se acabó el café, su principal producto que la llevó a ser el primer
municipio cafetalero del estado Mérida.
La peste política intoxicó con su propaganda radial fastidiosa como su
máximo conductor las familias laboriosas y sencillas que perdieron su unidad y
su paz hogareña para soportar tanta vaciedad.
a los 153 años de fundación es otra muy distinta de la de su centenario con su maravilloso templo que no ha podido esconderlo la revolución bonita, con sus bellezas naturales que le adornan a pesar de la destrucción legalizada, como los árboles centenarios de la plaza Bolívar por tener recuerdos de un sacerdote nativo y su historiador
. Febrero 20-2019