LOS OBISPOS DEL DESASTRE
PAMU
Los obispos venezolanos suelen publicar una sola carta
pastoral desde la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)pero ante el desastre
que vive Venezuela han decidido dirigirse personalmente en cada diócesis a sus
feligreses con problemas puntuales en cada caso para llamar la atención de las
autoridades que parecen no oyen a sus súbditos. Esta modalidad era la que utilizaban
nuestros antecesores por las distancias en las comunicaciones que existían.
Tuve la oportunidad de publicar hace algún tiempo las “cartas Pastorales de
Mons. Chacón” que fuera arzobispo de Mérida durante cuarenta años. Allí se
trataban todas las efemérides locales y nacionales con un gran sentido de
responsabilidad sobre las situaciones vividas.
En esta ocasión vuelven a esa modalidad y cada uno vibra con
su pueblo en las calamidades que les ocasionen las circunstancias de los
lugares donde viven. Así el arzobispo de ciudad Bolívar habla con propiedad de
los problemas de la represa del Guri porque vive con sus habitantes y puede
decir lo que ellos le dicen sobre el abandono en el mantenimiento de la empresa
y de las causas que originaron el apagón. Por ello el pueblo no se deja engañar
con las mentiras de causas externas y menos dirigidas desde el imperio que
ellos le atribuyen todos los males. También les puede hablar con propiedad de
las empresas básicas del hierro y del oro y de sus corruptelas que han deteriorado
en tan gran escala que sus técnicos han tenido que emigrar por la politiquería
nefasta.
Los obispos del Llano con igual énfasis les hablan a los
llaneros de sus problemas y saben cómo las cosechas y los productos agrícolas
se han disminuido por la falta de asistencia a sus campos.
No menos realistas han sido los obispos del centro y
Maracaibo que hasta han sido protestados por el gobierno cuando en las fiestas
de la Divina Pastora en Barquisimeto se refieran a los sufrimientos de sus
devotos en los servicios públicos y sus reivindicaciones.
Hace tiempo que el obispo del Táchira con su clero y
feligreses claman por las injusticias de este gobierno en las fronteras donde
miles de venezolanos cada día emigran huyendo de esta peste.
Es el eco en la iglesia católica de lo que están sufriendo
sus hijos con esta revolución bonita de un socialismo trasnochado y tiránico
que comenzó hace veinte años con piel de oveja engañando.
En todas estas cartas pastorales de los obispos venezolanos
en este tiempo de desastre se nota la doctrina del Papa León XIII sobre el
marxista que concluye diciendo “No se puede ser católico y comunista” porque es
como el agua y el aceite que no pueden unirse.
Marzo 20-2019