EL PADRE ADONAI NOGUERA
Albino Sánchez Mora
Con este nombre simple de Padre Noguera, conocieron en los
pueblos de sur del Mérida y el Estado Barinas, a uno de los venezolanos más
humildes y más patriotas de la Cordillera Andina. Su nombre Adonai Noguera, hijo
de Eusebio Noguera y Marcela Mora Rey,
nacido en Canaguá (Libertad) Distrito
Arzobispo Chacón del Estado Mérida, el 31 de julio de 1874.
Hizo sus primeros estudios en el pueblo natal y en la
aldea Capurí, donde la solicitud paterna sostenía un profesor para su numerosa
prole. De acuerdo con la tradición de la familia, el adolescente compartía en
la infancia el aprendizaje escolar con las tareas propias de su edad en la
agricultura y en el cuidado de los ganados. Obtenida la instrucción primaria,
su inteligencia y su amor a la cultura lo encaminaron al Colegio Corazón de
Jesús en La Grita, que dirigía el ilustre sacerdote Jesús Manuel Jáuregui
Moreno, Doctor en Derecho Canónico, Canónigo Honorario de Loreto, Cura y
Vicario de la ciudad de la Grita, miembro correspondiente de la Sociedad de
Ciencias Físicas y Naturales de Caracas y de la Escuela de Minas de París.
En aquel Colegio famoso de la Grita el 3 de julio de 1896
Adonaí Noguera obtuvo el título de Bachiller en Filosofía y Letras. Su profunda
Fe católica, su desinteresado amor a la humanidad, su preocupación por la causa
de los humildes, de los sufridos y un claro sentido de amor a la patria lo
inclinaron a la carrera sacerdotal, Y así como en su familia dejara su
virgiliana aldea Capurí, camino del Colegio de la Gripa, el joven bachiller
salvó las fronteras de su patria, para ingresar en el Seminario de Curazao, Antillas
Holandesas. Fue allí compañero de Mons. Antonio Mejía. Ordenado sacerdote a
comienzos del presente siglo comenzó la acción apostólica del Padre Noguera con
tanto celo y humildad, con tantas bondades, que dejó una huella imborrable por
sus virtudes y su amor al progreso en todos los pueblos donde lo llevó su
misión.
Cura párroco de Barinas y Obispos construyó la Iglesia de
la Milagrosa Virgen del Real en el pueblo del mismo nombre. Durante varias
décadas, casi cuarenta años ejerció la cura de almas de los pueblos de Barinas,
Barinitas, Obispos, Pedraza, Mucutuy, Mucuchachí y Santa Bárbara de
Barinas.
En los días anteriores a su muerte ejerció los curatos de
Mesa Bolívar y la Mesa de Ejido.
Siendo párroco de Mucuchachí atendía a Santa Bárbara de
Barinas haciendo largas travesías a lomo de mula entre selvas, atravesando
senderos infranqueables, Edificó varias iglesias de los pueblos del sur de
Mérida y Santa Bárbara de Barinas con materiales nativos logrados con su propio
esfuerzo de místico artesano. Enseñó a los habitantes la fabricación de
materiales como la teja, el ladrillo y la cal para la construcción higiénica de
sus viviendas. Por primera vez en los Llanos Barineses su mano campesina ensenó
a los labriegos el uso del arado romano.
Estudió las posibilidades viales entre
los pueblos del alto llano, los del sur del Estado Mérida y el valle por donde
atravesaría la carretera trasandina. Dirigió la construcción de caminos y
trabajó sobre dura roca como un obrero corriente, estimulando con su ejemplo el
sentido del progreso comunal entre sus feligreses con mística de renunciación y
sacrificio que no tuvo antecedentes en aquellas regiones. Su un cura caminero
por las gentes sin rumbo, un cura ganadero para los arrieros sedientos y
desorientados.
Un cura médico de cuerpos y almas con inyectadora y
remedios en la valija abultada
.Alimentos en el “pollero” viajador para las gentes hambrientas de pan y para
los hermanos sedientos de justicia . Fue un hombre jemplar,su larga y ruda vida
transcurrió batallando por la civilización de su pueblo,demostró recios
atributos deun varón de la Biblia entre
su pueblo oscuro nsembrando la esperanza. Tras medio siglo de ejemplar
sacerdocio murió en Ejido el 31 de marzo
de 1954.Una dramática pobreza fue la sola mortaja de sus restos de santo. Se
fue sin equipaje como vino al nacer.El peso mayor en la caja funeraria era el
corazón bondadoso. El inolvidable y
fraternal P Noguera cuyo recuerdo está fresco en la mente de muchos merideños
que lo conocimos de cerca al cumplir años de defunción lo recordaremos
siempre por su gran labor apostólica entre nosotros.
Marzo 2006