sábado, 3 de noviembre de 2018

LA AZULITA PUEBLO ECOLOGICO DE AMERICA

 LA AZULITA PUEBLO ECOLOGICO
PAMU

Con la característica de tener más del ochenta por ciento de montaña, la población de La Azulita ha sido siempre considerada como el pueblo mayor rodeado de vegetación .Desde antes de ser alcandía ya la gente tenía esa conciencia conservacionista y hubo personas como la fundadora de la posada La TAO, la Sra. Grisolía que se ha caracterizado por esa preocupación. 


El Primer alcalde no dudó en hacer los primeros decretos ecológicos sobre la protección de la flora y la fauna azulitense. Allí se desconocen la tala y la quema de montañas, se protege las nacientes de las aguas y hay un verdadero amor de la población por su naturaleza.

Con todo, se acaba de cometer UN CRIMEN ECOLOGICO DE MARCA MAYOR Y EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO.

Había en la plaza Bolívar un árbol de 75 años de edad,  frondoso, con cerca de diez metros de altura y apreciado por sus pobladores, con una pequeña historia escolar.



Siendo presidente de la junta comunal el
Sr Pedro M Moreno se construyó la primera plaza Bolívar de la Azulita donde estaba el antiguo templo parroquial que había sido construido por los hermanos Atilio y Marcos Uzcátegui con paredes de tierra pisada, la cual sirvió para rellenar el pozo de los sapos donde el P Corredor levantó el nuevo templo.




El maestro de la escuela Don Rodolfo Salas quiso celebrar el día del árbol en la inauguración de la nueva plaza y pidió a sus alumnos llevasen árboles para sembrarlos como adornos ecológicos .Tuvo la deferencia de pedirle al hijo mayor del presidente de la junta que llevase un pino para que lo sembrara de primero en toda la esquina  frente a la prefectura.

Ese pino creció con toda su elegancia y fortaleza a la vista de los pobladores que lo admiraban y esperaban que llegase a los cien años y muchos metros de altura para hacer histórico. También el alumno creció y llegó a ser sacerdote y cumplir sesenta años de profesión  y en la última fiesta de la Virgen de Coromoto en su acción de gracias a Dios que hiciera solemnemente en el templo parroquial, contó esta historia de su pino famoso, como  son también  las fotografía de las calles empedradas del pueblo de aquel entonces que lleva el lema turistico también propio de  BALCON DE LAS ANDES.

Debió causar resquemor esta historia en alguna autoridad que este acontecimiento no fuera de la revolución bonita y por lo tanto debía ocultarse y de modo violento y criminal, como fuera cortando el árbol.          


Muy diferente la historia de un prelado merideño que en sus visitas pastorales pedía a los sacerdotes confesores no poner oraciones de penitencia sino  sembrar árboles, no talar ni quemar, lo que le valió que la Universidad de los Andes le diera el título de Doctor Honoris Causa en Forestal a Mons. Rafael Pulido Méndez

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