LA BIBLIA DE DON
ANDRES
BELLO
Como buen cristiano Don Andrés Bello tenía
su Biblia para la lectura diaria. Pero como gran latinista su ejemplar era una
Biblia Vulgata latina editada en Lyon conforme al Concilio de Trento. En las
primeras páginas agregadas consigna los datos de su primera esposa Mary Ann
Bayland y los nombres de los hijos de este matrimonio, Carlos, Francisco y
Juan. En la página dedicada a su esposa
copia diez versículos del elogio de la mujer fuerte tomado de los
Proverbios capítulo 13. Los años de dificultades económicas que pasó en Londres
lo indujeron a calmar el hambre con la
ciencia en la gran biblioteca Británica, donde aprendió a profundidad el griego
y el latín tanto clásico como medioeval, el castellano primitivo y moderno, el
francés, el portugués y el inglés. Con estos conocimientos emprendió la
revisión de la traducción castellana de la Biblia Barros Arann asegura que una
asociación católica de Londres quería
una edición correcta de la traducción latina de la Biblia y pidió a Bello, que
se encargara de su revisión .Bello conocía las traducciones de Scio y de Torres Amat pero su aprecio era por
la de Scio sin embargo en un artículo citado por Amunátegui en que compara
ambas traducciones dice: “cada género de composición tiene su estilo y tono
peculiar, que los que comprenden a la segunda escritura son los dictan los
intereses de la religión que en este caso son las del buen gusto. Si la palabra
de Dios se presenta en las escrituras pura sencilla y venerables hay que
sacrificar lo puramente literario a las exigencias de la enseñanza cristiana. El primer deber es
una fidelidad escrupulosa para verter no solo los pensamientos, sino también
darlos con la vestidura de imágenes, que le dio su autor. El estilo que ha de preferirse es el antiguo en
los giros mientras no se oponga a la claridad y buen uso del idioma. Dar a las
frases, períodos y otras formas modernas es desvirtuar el texto, cambiando los
tropos orientales, el diálogo y la escritura sencilla de los períodos por giros
modernos. La Biblia o la Ilíada traducidas en giros ciceronianos o virgilianos
podrían ser obras excelentes, pero no serían ni la Biblia ni la Ilíada. Llevado
por su gran fe de cristiano reconoce Bello, la influencia de la liturgia
cantada en latín, como la gramatical del Evangelio en lengua vulgar. Inspira la
lengua e inspira a los poetas
escribe Don Andrés Bello acotando en seguida “la poesía hebraica es casi
toda lírica y del más noble y elevado
carácter. ¿Quién no sabe que en ella han ido a beber inspiraciones los poetas y
oradores más distinguidos de los tiempos modernos. Bello ensaya la poesía
religiosa con reminiscencias o citas
bíblicas. Tema bíblico es su traducción de “Moisés salvado de las aguas” y la
traducción del “Miserere” entero que recitaba como su oración favorita. En su
historia de la literatura al tratar de la hebrea se
ocupa del Antiguo Testamento.Distingue entre los libros apócrifos y
canónicos que la Iglesia reconoce como inspirados, pero añade que los apócrifos
ayudan a la recta inteligencia de las Sagradas Escrituras-La fuerza
divina, dice es el sello irrecusable que
las Sagradas Escrituras llevan en su espíritu y forma. Sigue a Schlegel, que
afirma que lo que ha comunicado a los libros del Antiguo Testamento ese entusiasmo, esa sublime contemplación de
la divinidad, más elevado que Platón diremos que es el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo. Al escribir
los libros de la Biblia señala los
aspectos literarios o características. Ruth es costumbrista, Job es la más rica
tela de variadas imágenes, “El Cantar de los Cantares”relata la vida del campo
y las costumbres pastoriles
Si admira la literatura, más le interesa lo religioso que
no siempre expresa con palabras sino que cita a grandes teólogos.
En Bello, se mezcla la admiración literaria por las
Sagradas Escrituras en el Viejo Testamento
con una profunda fe creyente,que inrrumpe en la crítica literaria,precisa y
sobria pero bien acentuada. En su poema
”América “presenta a Dios con acento bíblicos cuando canta:
Tú solo a
mensurar tus criaturas Padre del Universo eres bastante El
hombre cuya vida es un instante cuya mirada un justo
circunscribe solamente percibe De tus
prodigios una breve parte y en el
inmenso libro puede solo
descifrar
una línea y adorarte
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