CATEQUISTAS
En la religión
católica se denomina catequesis (del griego κατηχισμός, de κατηχεῖν
"instruir") a la tradición del
depósito de la fe a los nuevos miembros que se inician en la Iglesia
católica y su posterior instrucción. Se encuentra en el origen mismo
del cristianismo,
completando la doctrina transmitida en primer lugar por el kerigma, y,
durante los primeros siglos, especialmente en la época de los Padres
de la Iglesia, constituyendo la doctrina fundamental sobre la que se
edifica la homilía, de
gran carácter espiritual.
La catequesis en la edad
moderna
En la Edad Antigua se
impartía principalmente durante la etapa del catecumenado, es decir, antes de
la incorporación a la Iglesia por medio del rito bautismal. Aunque ya en la era
apostólica era habitual el bautismo de niños, como se deduce del testimonio del
Nuevo
Testamento1 y los Padres de la Iglesia,2 si los primeros siglos
han sido los de mayor desarrollo e institucionalización de la catequesis, fue
por el gran número de bautismo de adultos que se daba en aquella época, cuyo
catecumenado comprendía cuatro etapas: Primera predicación. Una primera etapa que se enraizaba en la tradición del kerigma
apostólico, con una primera instrucción a paganos que desconocían casi por
completo la doctrinas de la fe y de la vida cristiana, que concluía con la
admisión al catecumenado.
Auditoría
o
catecumenado
Durante la segunda etapa, los
aspirantes (llamados auditores en occidente, y en oriente catecúmenos)
comenzaban a formarse en escuelas catequéticas, como la de Alejandría, dirigida en el siglo
III por Orígenes. Asistían además a la
primera parte de la Misa, donde, con frecuencia, los obispos solían dirigirse a
ellos en sus homilías; pero no podían asistir a la celebración de la Eucaristía. Este período de
instrucción solía durar tres años. Tradición de la fe y Bautismo. La siguiente etapa era una preparación inmediata al bautismo,
donde los candidatos, en presencia del obispo y los presbíteros, eran
presentados ante la comunidad por sus padrinos. El obispo entonces pronunciaba
una homilía conocida como Procatequesis, dando comienzo al período instrucción previa al bautismo,
que se extendía durante todo el tiempo de Cuaresma. Concluía en la cuarta
semana de Cuaresma con la Traditio-Symboli, o comunicación oficial del Símbolo de la fe por parte del
obispo a los catecúmenos. Entonces tenía comienzo la catequesis propiamente
dicha, que tenía un doble aspecto: formación en la doctrina, y formación
espiritual, de ruptura con las costumbres paganas. Este tercer período del
catecumenado concluía
con el bautismo de los catecúmenos.
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