viernes, 22 de junio de 2018

PADRE ROSARIO





EL PADRE ROSARIO Y EL DECRETO DE GUERRA A MUERTE

El 13 de junio de 1813 el Libertador pernocta en la casa de Carmania del sacerdote Francisco Antonio Rosario. Las horas de la noche son aprovechadas para conversar; Bolívar dialoga con el sacerdote, este de mayos edad y con una vasta experiencia con 52 años a cuestas, pero apasionado por la libertad del país igual que el joven héroe que solo cuenta con 30 años y se dejara aconsejar por la palabras sabias del presbítero. ¿Quién lo sabe? ¿Habrá influido el padre Rosario en el pensamiento de Bolívar? Hablaran ellos de la guerra a muerte, ya a esta hora ha sido muerto Antonio Nicolás Briceño y todo se perfila que la guerra será más cruel. Simón hay que tomar una decisión muy fuerte hay que combatir fuego contra fuego le comenta el padre Rosario a el héroe. Si; le responde al sacerdote Simón pensativo, debemos dar una proclama para que los habitantes de estas tierras sepan a que hemos venido. Un decreto donde se establezca una diferencia entre España y Venezuela y de esa manera podamos aislar los realistas del pueblo. «Debemos responder a los que escudados bajo la bandera del rey de España cometen atropellos y crímenes en contra de los venezolanos ": "Antonio; tuteaba Bolívar al sacerdote por la gran confianza que se había creado entre los dos hombres a pesar de la diferencia de edad; al tomar Venezuela debemos de crear un gobierno fuerte, firme que actué con mano dura y que no sea débil como el de la Primera República. "Los dos hombre conversan, la casa de La hacienda Carmania los cobija, el frío de la montaña se hace sentir, pero quizás un poco menos de aquel frío merideño, de los páramos que tuvieron que atravesar los patriotas para llegar a donde ahora se encuentran. Siempre Bolívar acompañado por su fiel perro y su cuidador Tinjaca que no se aparta del perrote Mucuchies, también José Palacios que acomoda el cuarto donde el padre Rosario ofreció para que pasara la noche. el sacerdote le muestra un baúl de madera, hermosamente pulido y con la voz cortada por la emoción le dice al jefe de los ejércitos patriotas:"Toma, Simón, este es un humilde obsequio de mi parte para la causa. Se que lo necesitaras, la libertad debe triunfar y debes de ser duro como el acero. Necesitas recursos para derrotar a esa bestia llamada Domingo Monteverde……."Gracias Antonio, se te agradece, me da mucha pena, pero se tu manera de pensar y tu odio en contra de la tiranía, esto es lo que se esperaba de ti. Tu amistad, tus consejos y ahora esto, sinceramente no sé como agradecértelo." Le agradece el libertador al Padre Rosario. Te dejo para que descanses y tengas la mente clara para tomar las más sabias decisiones en esta dura campaña que se te acerca. Todavía te falta mucho para llegar a Caracas. Termina de hablar el clérigo con el héroe.

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