EL PADRE ROSARIO Y
EL DECRETO DE GUERRA A MUERTE
El 13 de junio de 1813 el Libertador
pernocta en la casa de Carmania del sacerdote Francisco Antonio
Rosario. Las horas de la noche son aprovechadas para conversar; Bolívar dialoga
con el sacerdote, este de mayos edad y con una vasta experiencia con 52 años a
cuestas, pero apasionado por la libertad del país igual que el joven héroe que
solo cuenta con 30 años y se dejara aconsejar por la palabras sabias del
presbítero. ¿Quién lo sabe? ¿Habrá influido el padre Rosario en el pensamiento
de Bolívar? Hablaran ellos de la guerra a muerte, ya a esta hora ha sido muerto
Antonio Nicolás Briceño y todo se perfila que la guerra será más cruel. Simón
hay que tomar una decisión muy fuerte hay que combatir fuego contra fuego le
comenta el padre Rosario a el héroe. Si; le responde al sacerdote Simón
pensativo, debemos dar una proclama para que los habitantes de estas tierras
sepan a que hemos venido. Un decreto donde se establezca una diferencia entre
España y Venezuela y de esa manera podamos aislar los realistas del pueblo.
«Debemos responder a los que escudados bajo la bandera del rey de España
cometen atropellos y crímenes en contra de los venezolanos ":
"Antonio; tuteaba Bolívar al sacerdote por la gran confianza que se había
creado entre los dos hombres a pesar de la diferencia de edad; al tomar
Venezuela debemos de crear un gobierno fuerte, firme que actué con mano dura y
que no sea débil como el de la Primera República. "Los dos hombre
conversan, la casa de La hacienda Carmania los cobija, el frío de la montaña
se hace sentir, pero quizás un poco menos de aquel frío merideño, de los
páramos que tuvieron que atravesar los patriotas para llegar a donde ahora se
encuentran. Siempre Bolívar acompañado por su fiel perro y su cuidador Tinjaca que no se aparta del perrote Mucuchies, también José Palacios que acomoda
el cuarto donde el padre Rosario ofreció para que pasara la noche. el sacerdote
le muestra un baúl de madera, hermosamente pulido y con la voz cortada por la
emoción le dice al jefe de los ejércitos patriotas:"Toma, Simón, este es un humilde obsequio
de mi parte para la causa. Se que lo necesitaras, la libertad debe triunfar y
debes de ser duro como el acero. Necesitas recursos para derrotar a esa bestia
llamada Domingo Monteverde……."Gracias Antonio, se te agradece, me da mucha
pena, pero se tu manera de pensar y tu odio en contra de la tiranía, esto es lo
que se esperaba de ti. Tu amistad, tus consejos y ahora esto, sinceramente no
sé como agradecértelo." Le agradece el libertador al Padre Rosario. Te dejo
para que descanses y tengas la mente clara para tomar las más sabias decisiones
en esta dura campaña que se te acerca. Todavía te falta mucho para llegar a
Caracas. Termina de hablar el clérigo con el héroe.
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