ATAQUE A LOS SACERDOTES MERIDEÑOS
El presente artículo es la refutación y contesta a un reportaje de la
revista ELITE de la semana pasada, titulado “SACERDOTES CONTRA MERIDA” escrito
por Paco Ortega. Fue publicado en el diario católico EL VIGILANTE del día
jueves 16 de septiembre, con el título “Mi amigo Paco Ortega contra los Curas
Merideños”, escrito por el PBRO. PEDRO A. MORENO U.
De un
tiempo a esta parte mi amigo Paco Ortega ha comenzado a inmiscuirse en la vida
clerical merideña, y con aciertos unas veces y desaciertos muchas otras trata de granjearse las simpatías de
la culta y devota sociedad de Mérida. En su último artículo publicado en una
afamada revista para la cual trabaja este talentoso periodista, se desboca
lanza en ristre contra la plana mayor y menor de los sacerdotes de este estado
andino. Con un titulo que otrora le hubiese dado fama internacional en la España Roja , sale muy
mal parado mi amigo periodista por la ausencia crasa de información que
demuestra. Llevado por una como cólera santa, lanza epítetos y calificativos a
diestra y a siniestra sin usar la noble arma de la argumentación que debe
llevar siempre la pluma de todo talentoso escritor.
El artículo de marras, titulado “Sacerdotes
contra Mérida”, trata de comentar una serie de noticias bombas acaecidas en el
perímetro clerical de Mérida, entre ellas la instalación del Consejo
Presbiteral, el retiro de los Reverendos Padres Eudistas y el material ya hace
tiempo conocido de un folleto sobre las conclusiones del Congreso
Arquidiocesano sobre el Desarrollo Integral del Hombre. Lamentablemente, mi
amigo Paco Ortega, en estas triviales notas provincianas cae en una serie de
errores de información, cosa grave en un profesional de su talla. Primeramente,
amigo Paco, el Consejo Presbiteral, no es un “sindicato clerical de curas
jóvenes que ocupan puestos sin relevancia dentro de la Diócesis ”. El Consejo
Presbiteral es un organismo oficial de la Iglesia , decretado después del Concilio Vaticano
II según el Motu Proprio de Paulo VI “Ecclesiae Sanctae”, y de acuerdo a las
Constituciones del mismo Concilio “Christus Dominus y Presbiterorum Ordinis”,
Este organismo es obligatorio en todas las diócesis del mundo y está presidido
por el Obispo de cada lugar, según lo manda la “Carta Circular de SS. Paulo VI
a los Presidentes de las Conferencias Episcopales, fechada en Roma el 20 de
abril de 1970” .
¿Qué clase de sindicato clerical merideño… amigo Paco?
Tampoco
está compuesto “por curas jóvenes que ocupan cargos sin relevancia”. ¿Ud. sabe
quiénes componen el Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de
Mérida? Los primeros cuatro cargos son por naturaleza de su oficio y ellos los
ocupan el Sr. Vicario General, el Deán del Cabildo Metropolitano, el Rector del
Seminario y el Secretario Ejecutivo del Consejo Pastoral. Como quien dijera en
su argot político, el Secretario General, el Presidente de la Asamblea Legislativa ,
el Juez Superior y el Rector de la Universidad. ¡Cargos de poca relevancia, verdad,
amigo Paco! Los demás miembros son elegidos libremente por todos los sacerdotes
que constituyen el Presbiterio, según las zonas, tendencias y generaciones
clericales de la
Arquidiócesis. Igual como si se tratara de los honorables
diputados de la
Asamblea Legislativa o de los miembros del Ilustre Concejo
Municipal. Es la democracia de la
Iglesia que Ud. todavía no conoce, amigo Paco, y de cuyos
representantes hay amigos suyos que le pueden explicar. Con respecto a sus
epítetos y calificativos para este organismo oficial de la Arquidiócesis de
Mérida, de gran preeminencia y relevancia, le diré que su competencia no es “un
caciquismo prematuro” como Ud. lo ha querido llamar despectivamente, sino que
es el SENADO DEL OBISPO, organismo consultivo por donde pasan todos los
problemas de la
Arquidiócesis y de cuyas opiniones depende la decisión última
del Sr. Arzobispo.
Entre
los graves problemas debatidos últimamente por el Consejo Presbiteral en esta
ciudad de Mérida, ha estado el de los Reverendos Padres Eudistas, que desató
para algunos “laicos entendidos en materia clerical” una tempestad en un vaso
de agua. No ha sido un “desplazamiento sin rodeos” como Usted lo califica,
amigo Paco, sino el retiro de una congregación religiosa que ya cumplió su
misión en esta región andina. En la legislación eclesiástica las relaciones del
obispo y las congregaciones religiosas se hacen por medio de contratos
bilaterales y al cumplirse el tiempo o incumplirse una de sus cláusulas el
obispo puede libremente retirarlos. En el caso el Consejo Presbiteral
unánimemente deliberó el incumplimiento de una cláusula y aconsejó al Sr.
Arzobispo no reanudar el contrato con condiciones desfavorables para la Arquidiócesis , como
la deseaba la congregación eudista. Además, amigo Paco, Ud. es gran conocedor
de la historia de Mérida, por sus buenas relaciones con la gente intelectual de
la ciudad y debe Ud. saber que el Seminario de Mérida, que dio origen a la Universidad de Los
Andes, fue fundado por Mons. Ramos de Lora y desde entonces fue regentado por
sacerdotes seculares, como quien dice curitas de poca monta entre los cuales
hay figuras históricas y el último rector llegó a ser Obispo de Barquisimeto,
Mons. Enrique Dubuc. Esa es la “cola cultural e ideológica” de que nos
gloriamos los curas merideños al volver el Seminario a manos de los sacerdotes
seculares después de un periodo de transición de los Padres Eudistas. No “hay
futuros inciertos, ni situaciones cruciales” en el Seminario como lo han
proclamado algunos agoreros de calamidades públicas, sino es el paso normal en
una situación de derecho, conforme a las últimas normas conciliares.
Sobre la otra noticia, a la cual dedica la mayor
parte de su artículo, debo decirle, amigo Paco Ortega, que el Congreso
Arquidiocesano para el Desarrollo Integral del Hombre no fue un evento
clandestino de los curas merideños, ni sus conclusiones se repartieron
clandestinamente entre personalidades de la región, como Usted enfáticamente
comienza afirmando en su tristemente célebre artículo. Este Congreso tuvo mucho
tiempo de preparación, ya planificado para toda
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