En la novela " Reinaldo Solar" describe con minuciosidad y con lujos de detalles la preparación de un niño para la primera comunión en la Caracas de los mantuanos que no se puede menos de pensar en su propia primera comunión. Igualmente la crisis juvenil la narra de forma sucinta como autobiografía en "El Forastero" y tiene una frase que resume su transición cuando dice que "posiblemente es el único creyente que deja su fe cristiana, quedando en estado de gracia”. Pero ciertamente no deja su fe, pues en su vida matrimonial con Doña Teotiste da testimonio de su fidelidad y su acendrada virtud de honestidad y justicia en todas las narraciones novelescas. Los personajes principales de sus cuentos y novelas reflejan unas condiciones que demuestran siempre la nobleza del escritor y la calidad humana espiritual del autor.
Teniendo en cuenta el esquema del hecho religioso podemos examinar en sus escritos la incidencia
sumamente respetuoso de la fe, eso a pesar de atribuírsela a su materialismo, a su lectura de libros marxistas o descreídos autores que nombran en la novela del " Forastero" y que podría interpretarse como sus lecturas de juventud. Al contrario, la creencias de Don Rómulo son claras y precisas a pesar de ir dentro del contexto narrativo folklórico que actualmente la iglesia denominan " religiosidad popular". Al comenzar la narración en Doña Bárbara pregunta el barquero ¿con quién vamos? Y desglosada la pregunta de una fuerte creencias en Dios que acompaña todo viaje por los ríos peligrosos, " ese era el viejecito que se nos había quedado en tierra, por estos ríos llaneros, cuando se abandona la orilla, hay que salir siempre con Dios. Son muchos los peligros de trabucarse y si el viejecito no se va a en el bongo, el barquero no va tranquilo". Con Dios y en la Virgen corresponde a nuestra señal de la cruz en los Andes para comenzar a viajar. En” Cantaclaro “abundan las citas para Dios, la Virgen. La Santísima Trinidad como contraposición a la maldad del diablo. El demonio es tratado como tal y su sentido es el ortodoxo cuando influye en las personas o llena la sospecharía.
"Sobre la misma tierra" pone Don Rómulo en boca de las guajiras mendicantes la frase de " buscando a Dios" cuando se les pregunta sobre su vida miserable y responden con la fe en Dios.
Pero no sólo es respetuoso de las creencias cristianas y conocedor a fondo de las verdades religiosas como la inmortalidad del alma, la conciencia del pecado, la divinidad de Jesucristo que pone en boca a sus mejores personajes como Carmen Rosa, Ana Josefina, etc. sino que conoce al detalle y relata con dignidad los ritos de las sectas como el babalao de Cuba en la novela "la Brizna de Paja en el Viento".
Es admirador de la obra de Dios en la grandeza de la naturaleza y por ello es de admirar sus descripciones de la selva en “Canaima” como sus procesos íntimos en los pliegues del alma cuando descubre los espíritus místicos en los cuentos de " El Apoyo" y "El Místico".
Este aspecto de la creencia y su trato como escritor es quizás el punto álgido de su incidencia en el hecho religioso porque es ciertamente en la literatura donde se conoce la formación religiosa del autor así como su vivencia.
2.- Los preceptos, las normas, la moral, la ética, todo lo que conviene a los mandamientos de la ley de Dios lo resume en Don Rómulo en la problemática del bien y del mal, de la justicia y el pecado. Sus novelas, cuentos, teatro y ensayo está planteada la problemática del bien sobre el mal como la civilización sobre la barbarie. Al analizar el argumento de todas sus novelas aparece la disyuntiva ante la desmoralización. Es interesante notar que en todas las tramas de novelas los personajes principales suelen terminar en legítimo matrimonio, sólo en " Pobre Negro" persiste la unión de Pedro Manuel y Adelaida sin atadura de leyes y religión.
Se le
pregunta en "Reinaldo Solar" a Doña Ana Julia sobre su hijo natural y
ella responde como corresponde a una familia decente dice y conforme a la
doctrina de Cristo. Hay sin embargo una tendencia a la profusión del incesto
sin ninguna justificación.
En cuanto a los ritos, signos, sacramentos o simplemente
sacramentos, Don Rómulo Gallegos añora su vocación de seminarista cuando jugaba
a celebración de la Santa Misa frente a sus hermanos y primos. A pesar
de las descripciones sobre violaciones, raptos, amoríos, incestos y demás
relaciones entre parejas, tiene una tendencia marcada a defender el matrimonio
cristiano y la legítima filiación. El futuro novelista fue quien enseñó religión
a sus hermanas Carmen María y Carmen Teresa. Describe con seguridad y precisión
los detalles en sacramentos como en instrumentos sagrados. En el “Forastero” se
plantea el difícil y delicadísimo tema del sigilo sacramental en la confesión
cuando un amigo del P. Romero quiere arrancarle el secreto de una muy antigua pero que sigue siendo secreto aunque no para la
historia; lo mismo sucede en la pieza del teatro "El Milagro del año"
por el P. Juan en el secreto de un delito cometido por su propio hermano y a
quien el pueblo hace justicia..
Hay
detalles en Don Rómulo Gallegos sobre el hecho religioso que no puede pasar
desapercibido como es la descripción de los sacerdotes en sus novelas y
cuentos. confesión muy
antigua pero que sigue siendo secreto aunque no para la histori
El P. Mediavilla en "Pobre Negro" es un sacerdote como su pueblo negroide, abierto, sincero, francote pero lleno de bondad para sus feligreses. Al narrar el catecismo de las mazorcas pone toda su simpatía del pueblo sencillo en la aprecio a su cura bonachón.
Traducciones de la novela Doña. Bárbara a diferentes idiomas
Las
procesiones de la Virgen, los bailes de los Diablos de Yare ante el Santísimo
Sacramento, el velorio de la Cruz, los tambores de San Benito, todo está
descrito con delicadeza, con sinceridad, con verdadera devoción como corresponde a un auténtico
narrador cristiano de la religiosidad popular.
Las
expresiones cristianas de "Bendito sea Dios", "Si Dios
quiere", "Ave María Purísima" están dignamente puestas en boca
de sus personajes.
El P. Mediavilla en "Pobre Negro" es un sacerdote como su pueblo negroide, abierto, sincero, francote pero lleno de bondad para sus feligreses. Al narrar el catecismo de las mazorcas pone toda su simpatía del pueblo sencillo en la aprecio a su cura bonachón.
El P.
Solís en el cuento “El Místico” y el P. Manuel en el cuento "El
Apoyo" son figuras de auténticos sacerdotes, modelos de piedad y
abnegación sin vicios de hipocresía sino reflejos de una vida llena de Dios.
El P.
Moreno en la "Trepadora” es un canónigo catedrático con muchas relaciones
públicas amistades de su carácter sacerdotal.
En el
teatro "El Milagro del Año” aparece como protagonista el P. Juan en un
pueblo de pescadores en cuya trama vive como un sacerdote entregado a sus
labores pastorales con características de líder popular lleno de chispa
criolla. Finalmente el P. Romero en “El Forastero" con carácter recio y
lleno de achaques pero cumplidor fiel a su amistad.
Finalizo
con una cinta de P. Bartola, ex-director de la Academia de la Lengua en
Venezuela, quien con motivo del centenario del nacimiento de Don Rómulo
Gallegos publica una bellísima cita de un diario de viaje. Cuando Don Rómulo
llegó a Lourdes en Francia frente a la gruta de la Virgen María escribió una
bella frase llena de fe en Dios. Mirando la naturaleza y sintiéndose feliz
exclamó que "Dios es la perfección y la felicidad", "el
sentimiento religioso ha entrado nuevamente en mi y me parece que comprendo
mejor la vida. Hay algo inefable en esto
de pensar que sobre la serenidad de la noche azul está un inmenso amor y una
inteligencia perfecta. DIOS. Bendito sea Dios que ha hecho esta belleza tranquila.
Bendito sea Dios que ha creado el silencio de las noches serenas. (Don Rómulo
Gallegos 1926)".
Nuestro
gran novelista venezolano es ciertamente un creyente cuya pluma no sólo siembra
optimismo en sus escritos sino que infunde justicia y paz según la doctrina
católica.15-04-96
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