jueves, 13 de septiembre de 2018

ROTARY CLUB


CAMBIO DE DIRECTIVA DEL ROTARY CLUB.






Damas y caballeros.    
 Hace un año en este mismo sitio recibí el club rotario de Mérida en circunstancias especiales y por voluntad unánime de sus socios. Hoy entregamos a la nueva directiva que preside el compañero J. V. Ibáñez, electo hace tres años y que con feliz coincidencia acompañará en el año de la gobernación a su colega A. Camacaro. Lo hago con la euforia recibida en un evento internacional como fue la convención de Orlando donde más de 20.000 rotarios de unas 130 nacionalidades tu
vimos la oportunidad de compartir el compañerismo. Un centenar de venezolanos diluidos en el inmenso salón de convenciones apenas nos saludábamos por la presentación de nuestro lenguaje criollo.
Apreciamos la sólida doctrina rotaria en las exposiciones de grandes conferencistas como el secretario de salud del gobierno norteamericano doctor Louis Sullivan en el tema de la “importancia de los valores familiares”.
Hicimos acopio de conocimientos rotarios en los foros y recepciones para conmemorar los 75 años de la fundación rotaria. La solemnidad central del aniversario fue evento conmovedor con 75 luminarias vivientes ,que daban testimonio del servicio rotario en el mundo.
 Uno de ellos el más impresionante después del polio plus, fue un ciego que con una beca del Rotary desde los ocho años de edad hizo todos sus estudios, se graduó en Harvard, es actualmente decano de la universidad y su hijo el presidente del club  de su ciudad. Lo que hizo concluir a nuestro presidente Rajendra Sabo diciendo” ciertamente éstos sí es mirar más allá de nosotros mismos.” El presidente electo Cliford Dochterman no pudo menos de iniciar su discurso diciendo que “se sentía orgulloso de ser rotario y antes de venir a la convención había pasado por el restaurante donde trabajaba de joven como mesonero,  ahora era el presidente internacional del Rotary, para que cuando dejáramos la propina, lo hiciésemos con abundancia porque no sabíamos si posiblemente estábamos contribuyendo con un presidente internacional”.
Creo que también esta ha sido la mística del equipo que me acompañó en mi presidencia. Me sentí orgulloso de Henry el secretario cuando recibía aplausos por sus iniciativas, de Martín por la responsabilidad en el orden de las finanzas, por la angustia de Salas Soto para la vida, de Xiomara, Andréu y  Pedro Penzo y las rabietas de Pietro por terminar el dispensario de Los Curos…  No olvidaré  la modestia y humildad de Douglas Narváez cachifiando para servir con felicidad al prójimo. En mi formación clerical me inculcaron profundamente la mentalidad del líder, que es hacer y si en ello es necesaria la disciplina mi carácter se me presta. Al entregar mi presidencia quiero agradecer a las damas rotarias, a los rotaractianos e interactianos con  Eduardo su animador y hacer un acto de reparación con el gobernador electo  y su esposa obsequiándoles este estandarte con el lema de este año que traigo de Orlando, la ciudad de la felicidad y la alegría de grandes y pequeños. Que al llevarlo a todos los club del distrito lleven la alegría que les caracterizan, el humor que tienen a flor de labio.



Esperamos que al recibirlo, reciba las bendiciones que cada reunión imploraba con su fe cristiana y no necesite la disciplina que alguna vez reclamara como presidente a un gobernador. Compañeros rotarios, al hacer entrega de la presidencia al compañero Ibáñez he querido dejarles el recuerdo de mi vivencia en la Convención Internacional. He sentido como sacerdote y rotario la ambivalencia del servicio. La Iglesia y el Rotary son universales, ecuménicos y de servicio, solo que en el Rotary se paga para servir, en la Iglesia se espera en la vida eterna como paga del servicio.              Señores. 

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