viernes, 14 de septiembre de 2018

el orgullo de ser sacerdote

EL ORGULLO DE SER SACERDOTE


ESCRIBE  EL PBRO LCDO PEDRO A MORENO U





Las bodas de oro sacerdotales del Pbro. Eduardo Ramírez, párroco de la Matriz de Ejido, son  nuevamente motivo para esta población se vista de fiesta y honre con sus mejores galas, a quien ha dedicado toda su vida  servicio de Dios en su pueblo.
Hace veinticinco años fue Montalbán, quien con recuerdos frescos lo trajo de Tovar para cantarles sus bodas de plata en la bendición de su templo parroquial, obra de sus desvelos, hoy es la Matriz de Ejido quien celebra sus cincuenta años de fecunda labor sacerdotal. Ayer como hoy ha sentido en la vida de Juan Ramírez, de palabra y de obra, El orgullo de ser sacerdote.

Con su figura sencilla y agraciada
 Haciéndose eco de su sonora carcajada
Juan siempre es Juan
Sacerdote, puro pan

Con su espíritu juvenil y jovial ha dedicado a los jóvenes lo mejor de sus fuerzas para evangelizar las sonrisas de los niños y las picardías de la juventud. El deporte y el teatro han sido los instrumentos de trabajo en la tarea de ganarlos a todos para Cristo. Por eso las ofrendas de la Misa del Clero afloraron en recuerdos de los equipos competidores, Terecay,  Diablos Rojos.. e hicieron presentación de galas las damas antañonas y las sevillanas

Venido de las tierras tachirenses
Trae flores,  música y versos
Su palabra es fantasías
Pastor de melodías

No hay pueblo de la arquidiócesis de Mérida que no se haya deleitado con su palabra en homilías, discursos e improvisaciones sociales , pues ha sido instrumento precioso de Dios en la divulgación del evangelio como corresponde a un verdadero predicador que habla y denuncia oportuna e importunamente.

El orgullo de ser sacerdote lo ha expresado el P Ramírez en frase lapidaria que recoge el lema de sus boda  de oro  sacerdotales “si cien veces naciera, cien veces sería sacerdote” Lo ha sido y ejemplar por su obediencia en todos los cargos que la jerarquía eclesiástica le ha confiado, porque sabe que el servicio a la Iglesia es  la mejor prenda  de honor.

Desde párroco en pueblos humildes y alejados como en las responsabilidades en la ciudad de los caballeros, su labor sacerdotal es loable .El pueblo cristiano reconoce a sus pastores y les brinda su cariño y admiración, que es más grande y satisfactorio que las prebendas y grados con que quiere halagar algunas personas, cuando creen que la iglesia es como el ejército o como la política que todo lo mide por ascensos o fortunas


TEMPLO DE LA MATRIZ EJIDO


En feliz coincidencia el clero conmemoró en los retiros espirituales esta efemérides que sirvió para reforzar la nueva metodología, que con el P Juan, otros sacerdotes anhelábamos desde hace años de gran apertura  y dialogo para la pastoral. Dialogo y apertura donde ha salido ganancioso el arzobispo y su clero ante las críticas e incomprensiones de quienes interpretan viajes y actuaciones  en el estrecho marco del carrerismo eclesiástico El orgullo de ser sacerdote consiste en predicar la palabra de Dios sin temor como lo hizo el Papa Juan Pablo II en Cuba  comunista y denunciar con la doctrina de Cristo que es verdad y vida para los pueblos que quieren la paz. El orgullo de ser sacerdote consiste en el servicio silencioso y obediente a la voz de Dios donde nos lleve la Iglesia que es universal.

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