LOS VASALLOS DE LA
CANDELARIA
El 2 de febrero, día de
la Candelaria, el templo y las calles de La Parroquia se adornan especialmente
para una celebración que incluye pagos de promesas y procesiones en honor a la
Virgen. A las ocho de la mañana, tanto lugareños como visitantes se reúnen en
la iglesia para participar en una ceremonia conocida como La Bendición del
Fuego de la Candelaria a la cual asisten llevando velas y velones encendidos
para que sean bendecidos por el cura de la iglesia. Al culminar la misa, se
inicia una procesión que recorre las calles del pueblo con la imagen de la
Virgen cargada en andas hasta regresar al templo, a cuya entrada colocan la
imagen sobre un altar. A las puertas del recinto sagrado, los vasallos entonan
coplas a la Virgen, antes de dar comienzo al baile que expresa la amorosa
ofrenda de vasallos y creyentes. La danza que realizan los vasallos es un baile
alegórico a las faenas que realiza el campesino durante las diferentes fases
del proceso de preparación y cultivo de la tierra. El día 3 de febrero, los
vasallos llevan a la Virgen hasta Zumba, lugar donde la tradición atribuye su
milagrosa aparición. Un conjunto musical acompaña a la procesión; y una vez en
el sitio, se realiza una misa exclusiva para los vasallos, quienes se congregan
frente a la capilla para escuchar las palabras del sacerdote. Al finalizar la
misa, los vasallos ofrendan nuevamente el baile a la Virgen, para luego
regresarla al templo de La Parroquia. Continúan la celebración en la casa del
Capitán, donde los vasallos bailan la Danza del Palito y son obsequiados con
licor y chicha. Posteriormente se dirigen a la plaza para realizar El Entierro
del Gallo, y terminar la jornada haciendo. un recorrido por el pueblo con los
gallos. El Entierro del Gallo es una especie de juego de "gallinita
ciega" donde a uno de los integrantes se le vendan los ojos para que
intente atrapar a un gallo que ha sido colocado dentro de una caja en algún
lugar de la plaza. El vendado va defendiéndose con un látigo de los demás
jugadores, quienes intentan desorientarlo; muchos de ellos reciben latigazos
como una manera de pagar promesas. Finalmente y gracias a la conducción de su
padrino, el vendado logra encontrar el gallo, y simula la decapitación del
animal con bastonazos para luego beber su sangre. En reconocimiento, los demás
jugadores cargan en hombros al ganador del juego.
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