BELLO Y CALDERA
Palabras pronunciadas por
el presbítero Lic. Pedro A. Moreno U.
como presentación en la población de la Azulita con motivo del discurso pronunciado por
el doctor Rafael Caldera al inicio de los actos conmemorativos del bicentenario
del natalicio de Don Andrés Bello.
BELLO Y CALDERA
.En el ejercicio de la
primera magistratura nos dejó una obra cultural para el campesinado el 22 de
enero de 1972, al inaugurar la escuela granja. Hoy, con motivo del bicentenario
del natalicio de Bello, vuelve a La
Azulita a cantar las glorias de ese insigne venezolano, que
como él hace 200 años empezó a ser también internacional.
Con acierto la Junta del bicentenario del natalicio de Bello, en
La Azulita ha
querido invitar al doctor Caldera para conmemorar tan gloriosa efemérides, pues
él constituye en Venezuela y en América la nueva imagen de ese gran hombre que
trajinó por todos los caminos del saber y sentó cátedra de humanista. El
estudio de la vida y obra de Bello, se han ido compenetrando de tal forma que a
esta altura de su vida en el mundo se conoce a Bello por Caldera y Caldera es
conocido como Andrés Bello.
En el protocolo de su primera obra escrita a
los 19 años sobre Andrés Bello, su autor
entonces bachiller Caldera en 1935, escribía que con esta obra nacía a
las letras como humilde cafeto a la sombra del más corpulento bucare de
América. En esta tierra del café sabemos cómo dan apetitosa cosechas esos
cafetos cuando tienen frondosas sombras.
Con Don Andrés Bello, el doctor Caldera se
formó un humanista cristiano bajo el alero de los padres jesuitas en el colegio
san Ignacio de Caracas, y su primer ensayo fruto de esta formación y constancia
le mereció el premio de la
Academia de la
Lengua , correspondiente de la española que lleva cuatro
ediciones y fue traducida al francés en 1971, como primera biografía de Bello
en esa lengua. Caldera se distinguió desde joven como sociólogo, pedagogo,
filósofo, jurista, de tal manera que de sus primeros años de juventud pudiera
decirse igual, que él dijera de Bello joven al salir de Caracas: “que es un
hombre cabal, un intelectual admirado, una figura de reconocido prestigio”.
Quizá la figura del político, la del luchador
por una ideología y la conquista del poder apague en estos rincones de la
patria la figura de intelectual que hoy especialmente representa el doctor
Caldera en el mundo de las letras y de las ciencias, igual que ayer en las
lejanas tierras de Londres el sabio Andrés Bello pasaba oculto para los
guerreros de la gesta heroica de la independencia. La labor docente del doctor
Caldera, en las universidades venezolanas así como su tratado de Derecho del
Trabajo, nos recuerdan al Bello de Chile, fundador de la universidad, escritor
del Tratado de Derecho que en su pensamiento lógico llegó al reconocimiento y
enseñanza de que el Ser Supremo , que ha
establecido las causas y efectos es el verdadero autor de las leyes y la razón
no hacen más que interpretarlas. Razones de similitud vería el cardenal
merideño cuando el obsequiar sus últimos frutos del arte pictórico a los expresidentes, no dudó en dedicar al
expresidente Caldera el cuadro de Don Andrés Bello.
Quien nos va a hablar en esta ocasión del padre
de las letras, Don Andrés Bello, es un hombre que además de conocer a
profundidad su obra, ha tratado de imitarlo en su vida y ejecutoria de
intelectual. "Fui leyendo y anotando en sus obras completas y decantando
en mi espíritu aquellos cristales, engarzados en la prolija narración de la
vida de Andrés Bello", nos dice el doctor Caldera en su prólogo y "me
sentí poseedor de un gran tesoro y esa impresión que dominó mi espíritu quise
que privara en mi ensayo"; el ensayo de aquel investigador bisoño nos dio
la figura del sabio al estilo de los patriarcas primitivos y todas las
generaciones de venezolanos desde entonces venimos conociendo así al Andrés
Bello caraqueño, que desde Chile irradiara luz por todo el continente. Quien
nos va a hablar de Don Andrés Bello en esta ocasión es el primer director de la
comisión editora de la obras de Andrés Bello creada en 1949.
Actualmente presidente de la comisión nacional
para la celebración del bicentenario de Andrés Bello que lleva tres congresos,
según la etapa de la vida de Bello en Caracas, Londres y Chile. La Azulita , capital del único
distrito Andrés Bello está orgullosa de conmemorar con las palabras de este
ilustre venezolano el bicentenario de su natalicio.
Sus autoridades se han preocupado porque este
hombre sea conocido por sus habitantes. Aspira a un Ateneo donde las primicias
literarias de sus hijos, cosechen los aplausos de sus coterráneos. Es anhelo de
esta población ser el asiento de una biblioteca donde se concentren las obras
de Don Andrés Bello, que las generaciones de azulitenses conozcan y difundan
los conocimientos del patriarca de las letras americanas.
Quisiera esta población satisfacer su ambición
de que los jóvenes se acerquen con mayor interés al estudio de este sabio, se
estimulen a la investigación de su vida y que como en esta ocasión el nombre de
Andrés Bello esté presente en las fiestas patrias para engrosar el procerato
civil.
Que esta nueva visita a La Azulita para honrar la
memoria de Don Andrés Bello, sea precursora como la primera en la creación del
distrito, de otra visita oficial, para hacer realidad los muchos anhelos
culturales de este pueblo.
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