jueves, 13 de septiembre de 2018

BELLO Y CALDERA
Palabras pronunciadas por el presbítero Lic. Pedro A.  Moreno U. como presentación en la población de la Azulita con motivo del discurso pronunciado por el doctor Rafael Caldera al inicio de los actos conmemorativos del bicentenario del natalicio de Don Andrés Bello.


BELLO Y CALDERA




BELLO Y CALDERA
La Junta pro-bicentenario del natalicio de Don Andrés Bello, ha querido que en su nombre y en el mi pueblo natal haga la presentación de rigor del ilustre orador en esta ocasión solemne. A la verdad que el doctor Caldera no necesita presentación ni aquí ni en Venezuela, ni en el mundo entero .Figura de relieve internacional, honor del país, viene hoy a La Azulita por tercera vez en misión cultural. Cuando la instalación del distrito Andrés Bello, primero y único distrito de este nombre hasta ahora en territorio venezolano, el doctor Caldera se hizo presente en esta población como bellista consumado, para honrar con su presencia tan importante evento, el 22 de febrero de 1967
.En el ejercicio de la primera magistratura nos dejó una obra cultural para el campesinado el 22 de enero de 1972, al inaugurar la escuela granja. Hoy, con motivo del bicentenario del natalicio de Bello, vuelve a La Azulita a cantar las glorias de ese insigne venezolano, que como él hace 200 años empezó a ser también internacional.
Con acierto la Junta del bicentenario del natalicio de Bello, en La Azulita ha querido invitar al doctor Caldera para conmemorar tan gloriosa efemérides, pues él constituye en Venezuela y en América la nueva imagen de ese gran hombre que trajinó por todos los caminos del saber y sentó cátedra de humanista. El estudio de la vida y obra de Bello, se han ido compenetrando de tal forma que a esta altura de su vida en el mundo se conoce a Bello por Caldera y Caldera es conocido como Andrés Bello.
En el protocolo de su primera obra escrita a los 19 años sobre Andrés Bello, su autor  entonces bachiller Caldera en 1935, escribía que con esta obra nacía a las letras como humilde cafeto a la sombra del más corpulento bucare de América. En esta tierra del café sabemos cómo dan apetitosa cosechas esos cafetos cuando tienen frondosas sombras.
Con Don Andrés Bello, el doctor Caldera se formó un humanista cristiano bajo el alero de los padres jesuitas en el colegio san Ignacio de Caracas, y su primer ensayo fruto de esta formación y constancia le mereció el premio de la Academia de la Lengua, correspondiente de la española que lleva cuatro ediciones y fue traducida al francés en 1971, como primera biografía de Bello en esa lengua. Caldera se distinguió desde joven como sociólogo, pedagogo, filósofo, jurista, de tal manera que de sus primeros años de juventud pudiera decirse igual, que él dijera de Bello joven al salir de Caracas: “que es un hombre cabal, un intelectual admirado, una figura de reconocido prestigio”.
Quizá la figura del político, la del luchador por una ideología y la conquista del poder apague en estos rincones de la patria la figura de intelectual que hoy especialmente representa el doctor Caldera en el mundo de las letras y de las ciencias, igual que ayer en las lejanas tierras de Londres el sabio Andrés Bello pasaba oculto para los guerreros de la gesta heroica de la independencia. La labor docente del doctor Caldera, en las universidades venezolanas así como su tratado de Derecho del Trabajo, nos recuerdan al Bello de Chile, fundador de la universidad, escritor del Tratado de Derecho que en su pensamiento lógico llegó al reconocimiento y enseñanza de que  el Ser Supremo , que ha establecido las causas y efectos es el verdadero autor de las leyes y la razón no hacen más que interpretarlas. Razones de similitud vería el cardenal merideño cuando el obsequiar sus últimos frutos del arte pictórico a los  expresidentes, no dudó en dedicar al expresidente Caldera el cuadro de Don Andrés Bello.
Quien nos va a hablar en esta ocasión del padre de las letras, Don Andrés Bello, es un hombre que además de conocer a profundidad su obra, ha tratado de imitarlo en su vida y ejecutoria de intelectual. "Fui leyendo y anotando en sus obras completas y decantando en mi espíritu aquellos cristales, engarzados en la prolija narración de la vida de Andrés Bello", nos dice el doctor Caldera en su prólogo y "me sentí poseedor de un gran tesoro y esa impresión que dominó mi espíritu quise que privara en mi ensayo"; el ensayo de aquel investigador bisoño nos dio la figura del sabio al estilo de los patriarcas primitivos y todas las generaciones de venezolanos desde entonces venimos conociendo así al Andrés Bello caraqueño, que desde Chile irradiara luz por todo el continente. Quien nos va a hablar de Don Andrés Bello en esta ocasión es el primer director de la comisión editora de la obras de Andrés Bello creada en 1949.
Actualmente presidente de la comisión nacional para la celebración del bicentenario de Andrés Bello que lleva tres congresos, según la etapa de la vida de Bello en Caracas, Londres y Chile. La Azulita, capital del único distrito Andrés Bello está orgullosa de conmemorar con las palabras de este ilustre venezolano el bicentenario de su natalicio.
Sus autoridades se han preocupado porque este hombre sea conocido por sus habitantes. Aspira a un Ateneo donde las primicias literarias de sus hijos, cosechen los aplausos de sus coterráneos. Es anhelo de esta población ser el asiento de una biblioteca donde se concentren las obras de Don Andrés Bello, que las generaciones de azulitenses conozcan y difundan los conocimientos del patriarca de las letras americanas.
Quisiera esta población satisfacer su ambición de que los jóvenes se acerquen con mayor interés al estudio de este sabio, se estimulen a la investigación de su vida y que como en esta ocasión el nombre de Andrés Bello esté presente en las fiestas patrias para engrosar el procerato civil.
Que esta nueva visita a La Azulita para honrar la memoria de Don Andrés Bello, sea precursora como la primera en la creación del distrito, de otra visita oficial, para hacer realidad los muchos anhelos culturales de este pueblo.

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