PRESENTARON “MEDIO SIGLO DE
PARROCO”
SEXTO
LIBRO
En un ambiente cálido y familiar reinó la noche del 16 de febrero cuando la sede de la casa de los antiguos gobernadores tuvo lugar la presentación del libro “Medio Siglo de Párroco en
DESIGNADO
EL PBRO PEDRO A. MORENO CAPELLAN GENERAL DE PRISIONES.
El Presbítero Pedro Antonio Moreno Uzcátegui cura párroco de Nuestra Señora de
En el salón de trono
del arzobispado de Mérida en presencia del Presidente de la Conferencia Episcopal
Venezolana Monseñor Baltasar Porras Cardozo, acompañado de los Vicepresidentes
Cardenal Ignacio Velasco, Monseñor Ubaldo Santana y del Viceministro de
Relaciones Interiores y Justicia Doctor Paúl Valery se hizo la presentación
oficial del Padre Moreno. Posteriormente el Ministro de Relaciones Interiores
Luís Miquilena H tomó el juramento de ley
y puso al Padre Moreno en posesión de la nueva responsabilidad pastoral y administrativa cuya sede está en
Caracas. El Padre Moreno destacó que conforme el Concilio Plenario Venezolano
sobre la contribución de la iglesia a la gestión de una nueva sociedad en los
aspectos de cárceles y derechos humanos se propone un plan de pastoral acorde
con la ley de régimen penitenciario con un aspecto religioso y otro social en
el sentir de los nuevos mandatos constitucionales.
Conversando
con el Padre Pedro Moreno, Capellán General de Prisión.
TREINTA
AÑOS EN LA CÁRCEL …
ANUNCIANDO A CRISTO.
Por el P Tomás Alfonso Paz en
Iglesia –Ahora. 26-3-2006
Seguramente nuestros lectores ya se han enterado que
actualmente se desarrolla en toda la
Iglesia de Venezuela la campaña “compartir”, este año
dedicada a recaudar fondos para apoyar los diversos proyectos que Caritas de
Venezuela realiza en los diversos centros penitenciarios del país. Por este
motivo hemos querido conversar con el Padre Pedro Moreno, capellán general de
las cárceles en Venezuela.
Padre Moreno,
¿Cuéntenos un poco como fueron sus inicios en este abnegado apostolado?
-Hace treinta años fui nombrado capellán penitenciario en el
internado judicial de Mérida. En ese entonces comencé un trabajo de
humanización del sistema penitenciario, pues ya las cárceles presentaban una
situación tan violenta como lo es hoy en día.
Un pequeño acontecimiento, aunque vergonzoso para el actual
director de aquella cárcel, me permitió darme cuenta de la gran importancia que
tiene, dentro del sistema penitencial venezolano, la junta de conducta. La
problemática suscitada entre los reclusos y el director fue resuelta cuando se
reconoció a la junta de conducta su verdadera función. En la actualidad,
lamentablemente, no se le da
importancia que se requiere....
¿Cómo se llevó a cabo la
transformación de ese centro penitenciario?
-En primer lugar todo el equipo que trabajaba en la cárcel tomamos
como lema aquella frase de San Stannislao de Kostka: "Hacer lo que tenemos
que hacer". La autoridad era la junta de conducta y los mismos reclusos
tenían parte en ella.. Comenzamos a trabajar en la organización de actividades
deportivas, culturales. Organizamos un festival de teatro a nivel nacional. Los
reclusos comenzaron a verse, ya no teníamos ni violencia, ni droga, más de 15
años sin muertos, ni droga. Se comenzó a aplicar la llamada ley de redención:
dos días de trabajo o de estudio por un día menos de pena.
¿Cuál es la actividad que
usted como sacerdote ha realizado en las distintas cárceles que ha visitado?
-Como sacerdote, el capellán, tiene una misión de
evangelización que el CELAM ya la definió en sus documentos sobre la pastoral
social y penitenciaria. Todo el trabajo de evangelización dentro de las
cárceles “es una vivencia y celebración de la fe y de la caridad.” El capellán
es un factor importantísimo dentro de la rehabilitación del interno, igualmente
su actividad se dirige a todos los
miembros de la comunidad penitenciaria: guardias, empleados, personal
administrativo, los familiares de los reclusos...
Seguramente durante su larga
actividad como capellán general de prisiones recordará muchas vivencias y
anécdotas ¿quisiera compartir con nosotros alguna en particular?
Si claro. Recuerdo una en particular que ocurrió en la
penitenciaria de Mérida. Se trataba de uno de los internos, Machera se llamaba.
Fue encarcelado por robo, aunque más bien se debe decir que era algo así como
un “Robin Hood”. En la cárcel le decían el "buen ladrón". El día del
bautismo de uno de sus hijos, una de las religiosas que colaboraban conmigo en
la penitenciaria, le regaló una torta. Todos estábamos celebrando. En un
determinado momento me di cuenta que este hombre rudo y curtido por los golpes
de la vida, se había alejado del grupo... estaba llorando. Me acerqué y le
pregunté ¿Machera que te pasa, por qué lloras? El me respondió: Padre a mi
nunca me habían querido así.
Por eso siempre recomiendo a los capellanes que se
esfuercen por amar a los presos, de mantener una presencia efectiva. Alguien
dijo una vez que el capellán es sobre todo agente religioso afectivo.
¿Cómo ve la situación actual
de las cárceles en Venezuela?
-Es uno de los momentos más difíciles. Hay un muerto diario
en las cárceles. Con la violencia se perdió la autoridad, son los presos los
que dominan las cárceles. Uno de los problemas más graves es la corrupción
dentro de las cárceles... Dios quiera, se aporten rápidamente las soluciones.
¿Cómo ve la actual iniciativa
de Caritas en dedicar la campaña "compartir" en beneficio de los
presos?
-Me pareció interesante que el episcopado diese una palabra
sobre la situación carcelaria, dando una gran sensibilización por la
problemática. Son muchos los proyectos que actualmente la Iglesia , a través de
Caritas y de la AVEC
(Asociación Venezolana de Escuelas Católicas) desarrolla en los centros
penitenciarios del país. Nuestro foco de atención, es la humanización de dichos
centros. Luchar para que el trato a los reclusos sea más humano, para que se
realice una verdadera rehabilitación del recluso y así pueda reintegrarse, de
manera útil, a la sociedad.
Para concluir, ¿cuál sería su mensaje a
todos nuestros lectores?
Un llamado a la oración. Orar por los hermanos
privados de la libertad y por los funcionarios, para que tengan entereza y para
que los capellanes continúen con su misión. Es importante que nosotros como
Iglesia, fortalezcamos nuestra presencia en las cárceles y trabajemos en
beneficio de nuestros hermanos privados de la libertad.
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